Mark siempre fue uno de los chicos más inteligentes de su clase. Ha tenido un buen desempeño en su carrera, pero cuando revisa el Facebook, ve personas a quienes solía sobrepasar en la escuela y quienes ahora han alcanzado más cosas que él. De la misma forma, hay compañeros en su trabajo que lo han superado. A veces se pregunta, ¿qué estoy haciendo mal?
¿Te suena familiar? Tal vez te sientas identificado con Mark, o quizás conoces a alguien que enfrenta sentimientos parecidos. La inteligencia en bruto es, sin lugar a dudas, un gran activo, pero no lo es todo. Y muchas veces, cuando las personas que han sido bien dotadas intelectualmente no alcanzan tanto como quisieran, es porque sutilmente se sabotean a sí mismos. Si estás en esa situación, la buena noticia es que cuando entiendes estas debilidades puedes darles la vuelta. Aquí, cinco formas con las que he visto lidiar a las personas particularmente inteligentes:
1. Las personas inteligentes a veces subestiman otras habilidades, como la construcción de relaciones, y se concentran de más en el intelecto. Las personas muy inteligentes a veces ven su éxito como algo inevitable producto de su intelecto, y no le dan importancia a otras habilidades. Por ejemplo, un individuo a quien se le hace difícil la diplomacia en su lugar de trabajo, pudiera descartar esta como algo irritable más que como una habilidad básica requerida para su rol. De manera similar, pudieran ver como algo crítico para una secretaria que sea agradable, pero no de forma igual un ejecutivo. En consecuencia, no invierten tiempo ni esfuerzo en desarrollar esas habilidades.
Estas vistas no surgen de la nada. La mayoría de las personas tienen sesgos naturales hacia el hecho de esperar capitalizar sus fortalezas y, por el contrario, prefieren evitar pensar en áreas en las que naturalmente no son tan fuertes. Los niños brillantes típicamente reciben mucho refuerzo durante sus primeros años de vida, sobre el hecho de que su inteligencia es valorada. Crecen en una ambiente en el que se les dice que son inteligentes, y durante su época escolar, experimentan que el éxito les viene más fácil a ellos que a otros. En sencillo entender por qué, como resultado, continuarán enfocándose en su intelecto de adultos.
Pero en la mayoría de los sitios de trabajo, necesitas más que inteligencia en bruto para salir adelante. Y solo enfocándote en tus fortalezas más grandes, en lugar de también abordar tus debilidades, tiende a ser un autosaboteo.
Solución: Usa tus fortalezas para superar tus debilidades. Si eres bueno para aprender, puedes siemplemente aprender habilidades que no vengan a ti de forma tan natural. No necesitas un cambio de personalidad, solo necesitas un plan de juego y una actitud genuinamente constructiva. Por ejemplo, identifica tres comportamientos diplomáticos para tu lugar de trabajo que mejorarían tu éxito en dicha área.
Las personas inteligentes también encuentran difícil delegar en ciertas ocasiones, debido a una sensación de que pueden hacer determinada tarea mejor que otra persona (independientemente de que sea cierto o no). Esto ocurre especialmente a personas quienes tienen vena perfeccionista.
Solución: Sé autocompasivo con tus reacciones internas y trata de entender de dónde vienen, pero también aprende de forma genuina a apreciar la ventaja de que muchas mentes aporten a un equipo o proyecto específico.
3. Las personas inteligentes con frecuencia fundamentan su autoestima en el hecho de ser inteligentes, lo cual puede disminuir su resiliencia o capacidad de recuperación y conducir a la procrastinación. Si la mayor parte de tu autoestima recae sobre tu inteligencia, puede ser muy difícil estar en situaciones que revelen grietas en tu armadura. Cualquier situación que provoque la sensación de no ser inteligente es experimentada como una gran amenaza. La persona inteligente puede incluso tratar de evitar esas situaciones, lo que finalmente la frena.
Solución: Vé de forma objetiva los beneficios de trabajar con personas que son, en algunos termas, más inteligentes que tu. Si te estás rodeando de gente inteligente, estás haciendo algo bueno. Recuerda que el hierro afila al hierro. Desarrolla relaciones con personas en quienes confíes que te darán una retroalimentación constructiva y amable. Mientras más te acostumbres a recibir críticas constructivas de personas que confían en tus talentos y capacidades, se volverá más fácil progresar.
4. Las personas inteligentes se aburren rápido. Ser inteligente no es exactamente lo mismo que ser curioso, pero si cuentas con ambas cualidades, puede que te encuentres fácilmente aburrido con ejecutar las mismas conductas una y otra vez. Algunos tipos de éxito vienen de la creatividad, pero otro tipos vienen de convertirse en expertos en una determinada área y desempeñar una serie de comportamientos repetidamente. Si eres inteligente, curioso, y tienes amor por el aprendizaje, puedes tal vez rápidamente perder interés en cualquier cosa una vez la hayas aprendido. El lado de ejecución del desempeño puede aburrirte y preferiras estar aprendiendo cosas nuevas constantemente. Esto pudiera resultar en ser menos lucrativo que encontrar un área específica de especialización, pero a la vez, pudiera parecer muy aburrido o poco retador para ti.
Solución: Trata de tener una visión de 360º de cuánto vale la pena tolerar algo de aburrimiento para obtener ganancias cuando se trata de tu éxito en general. En lugar de buscar un cambio dramático, decide cuándo tolerar períodos cortos (unos pocos minutos u horas) de aburrimiento que pudieran tener un beneficio real en tu éxito. Por ejemplo, dedicar 5 horas a la semana a una actividad que es monótona pero lucrativa. Adicionalmente, adegúrate de tener suficientes escapes para practicar tu amor al aprendizaje en las distintas áreas de tu vida, incluyendo trabajo, hobbies, bienestar físco, entenderte a ti mismo, etc.
5. Las personas inteligentes a veces ven en el pensamiento profundo y la reflexión la solución para cada problema. Las personas brillantes están acostumbradas a tener éxito a través sus habilidades de pensamiento, pero a veces pueden pasar por alto cuando un enfoque diferente pudiera ser más beneficioso. Por ejemplo, la persona inteligente puede atacar cada situación tratando de pensar hasta morir (sobre investigando cada decisión y rumiando sobre cada error) cuando otros enfoques serían más fructíferos.
Solución: Observa cuando pensar se convierte en una obsesión malsana. Cosidera cuando otras estrategias distintas a pensar agudamente tienen mayor probabilidad de resultar en éxito. Experimenta tomar recesos para despegarte y permítete aprender mediante el acciones en lugar de la investigación avanzada y exhaustiva. Expande tu rango de habilidades para obtener conocimientos de manera que no seas de ese tipo de personas que ve un problema en cada oportunidad, sino que seas de las que ve una oportunidad en cada problema. Finalmente, cuando te encuentres haciendo pensamientos excesivos en tonos negativos, interrúmpelos haciendo alguna actividad por unos pocos minutos, (un crucigrama, rompecabezas, etc.) Esto puede ser una estrategia sorprendentemente efectiva para romper los pensamientos negativos.
Artículo original publicado en inglés por Harvard Business Review traducido al español por Keivis Rojas. Escrito por PhD Alice B. ex psicólogo clínico escritora y autora de The Healthy Mind Toolkit y The Anxiety Toolkit.(13 de noviembre, 2018). 5 Ways Smart People Sabotage Their Success. Recuperado de: https://hbr.org/2018/11/5-ways-smart-people-sabotage-theirsuccessutm_campaign=hbr&utm_source=twitter&utm_medium=social
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